domingo, 24 de diciembre de 2017

Breve Historia de la mas Famosa Festividad de la Humanidad

La Navidad (en latín: nativitas, ‘nacimiento, también llamada coloquialmente «pascua», es una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia católica, en la Iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la mayoría de las Iglesias ortodoxas. En cambio, se festeja el 7 de enero en otras Iglesias ortodoxas como la Iglesia ortodoxa rusa o la Iglesia ortodoxa de Jerusalén, que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano para pasar al calendario conocido como gregoriano, nombre derivado de su reformador, el papa Gregorio XIII.

Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es ‘misa (mass) de Cristo’. En algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa ‘noche de bendición’. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la Natividad (es decir, el nacimiento) de Jesús de Nazaret.

Existen varias teorías sobre cómo se llegó a celebrar la Navidad el 25 de diciembre, que surgen desde diversos modos de indagar, según algunos datos conocidos, en qué fecha habría nacido Jesús.

Existen diversas teorías sobre el origen del 25 de diciembre como día de la Navidad. Según defiende William J. Thige, ya en el siglo III se celebraría el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, aún antes de que los romanos celebraran la fiesta del Sol invencible (Sol Invictus).4

Según otros autores, la celebración de esta fiesta el 25 de diciembre se debe a la antigua celebración del nacimiento anual del dios-Sol en el solsticio de invierno (natalis invicti Solis), adaptada por la Iglesia católica en el tercer siglo d. C. para permitir la conversión de los pueblos paganos.

En Antioquía, probablemente en 386, Juan Crisóstomo impulsó a la comunidad a unir la celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de diciembre, aunque parte de la comunidad ya guardaba ese día por lo menos desde diez años antes.

En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha y finalmente el papa Liberio decreta este día como el nacimiento de Jesús de Nazaret en 354. La primera mención de un banquete de Navidad en tal fecha en Constantinopla, data de 379, bajo Gregorio Nacianceno. La fiesta fue introducida en Antioquía hacia 380. En Jerusalén, Egeria, en el siglo IV, atestiguó el banquete de la presentación, cuarenta días después del 6 de enero, el 15 de febrero, que debe haber sido la fecha de celebración del nacimiento. El banquete de diciembre alcanzó Egipto en el siglo V[cita requerida].

Sin embargo, los primeros discípulos de Cristo (llamados posteriormente cristianos en Hechos 11:26) no celebraban la Navidad,divergencias con respecto a la fecha de nacimiento han hecho se adoptara el 25 de diciembre como fecha oficial de su natalicio y el 6 de enero como la Epifanía (Esto todavía se celebra en Argentina, Armenia, Chile, Colombia, Ecuador, España, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela).

Algunas tradiciones de la Navidad, particularmente las de Escandinavia, tienen su origen en la celebración germánica de Yule, como son el árbol de Navidad. Allí la Navidad se conoce como Yule (o jul).

Durante la Reforma protestante, la celebración del nacimiento de Cristo fue prohibida por algunas Iglesias protestantes, llamándola "Trampas de los papistas" y hasta "Garras de la bestia", debido a su relación con el catolicismo y el paganismo antiguo. Después de la victoria parlamentaria contra el Rey Carlos I durante la Guerra civil inglesa en 1647, los gobernantes puritanos ingleses prohibieron la celebración de la Navidad. El pueblo se rebeló realizando varios motines hasta tomar ciudades importantes como Canterbury, donde decoraban las puertas con eslóganes que hablaban de la santidad de la fiesta. La Restauración de 1660 puso fin a la prohibición, pero muchos de los miembros del clero reformista, no conformes, rechazaban las celebraciones navideñas, utilizando argumentos puritanos.

En la época colonial de los Estados Unidos, los puritanos de Nueva Inglaterra rechazaron la Navidad, y su celebración fue declarada ilegal en Boston de 1659 a 1681. Al mismo tiempo, los cristianos residentes de Virginia y Nueva York siguieron las celebraciones libremente. La Navidad cayó en desgracia en los Estados Unidos después de la Revolución, porque se consideraba una costumbre inglesa.


Frontispicio y página con el título A Christmas Carol (Un cuento de Navidad) correspondiente a su primera edición de 1843, con ilustraciones de John Leech. Este libro contribuyó a la rehabilitación de la Navidad en países de habla inglesa.
En la década de 1820, las tensiones sectarias en Inglaterra se habían aliviado y algunos escritores británicos comenzaron a preocuparse, pues la Navidad estaba en vías de desaparición. Dado que imaginaban la Navidad como un tiempo de celebración sincero, hicieron esfuerzos para revivir la fiesta. El libro de Charles Dickens Un cuento de Navidad, publicado en 1843, desempeñó un importante papel en la reinvención de la fiesta de Navidad, haciendo hincapié en la familia, la buena voluntad, la compasión y la celebración familiar.

La Navidad fue declarada día feriado federal de los Estados Unidos en 1870, en ley firmada por el Presidente Ulysses S. Grant, pero aún es una fiesta muy discutida por los distintos líderes puritanos de la nación.

En la actualidad, algunas Iglesias bautistas independientes, algunas congregaciones paraprotestantes de carácter radical, así como los Testigos de Jehová que tienen en Charles Taze Russell su fundador, no celebran la Navidad, porque la consideran una festividad pagana no prescrita en la Biblia. Además, rechazan que el 25 de diciembre sea la verdadera fecha del nacimiento de Cristo. Cabe mencionar que, en sus inicios, los Testigos de Jehová celebraban la Navidad, no en carácter de celebración religiosa, sino como forma de sociabilización entre sus miembros. El cambio de actitud hacia dicha festividad se debió a las enseñanzas distintivas de su líder religioso, el juez Joseph Franklin Rutherford.

Algunos expertos han intentado calcular la fecha del nacimiento de Jesús tomando la Biblia como fuente, pues en Lucas 1:5-14 se afirma que en el momento de la concepción de Juan el Bautista, Zacarías su padre, sacerdote del grupo de Abdías, oficiaba en el Templo de Jerusalén y, según Lucas 1:24-36 Jesús nació aproximadamente seis meses después de Juan. 1Cronicas 24:7-19 indica que había 24 grupos de sacerdotes que servían por turnos en el templo y al grupo de Abdías le correspondía el octavo turno.

Contando los turnos desde el comienzo del año, al grupo de Abdías le correspondió servir a comienzos de junio (del 8 al 14 del tercer mes del calendario lunar hebreo). Siguiendo esta hipótesis, si los embarazos de Isabel y María fueron normales, Juan nació en marzo y Jesús en septiembre. Esta fecha sería compatible con la indicación de la Biblia (Lucas 2:8), según la cual la noche del nacimiento de Jesús los pastores cuidaban los rebaños al aire libre, lo cual difícilmente podría haber ocurrido en diciembre. Cualquier cálculo sobre el nacimiento de Jesús debe estar ajustado a esta fuente primaria, por lo que la fecha correcta debe estar entre septiembre y octubre, principios de Otoño. Además, debe tomarse en cuenta el censo ordenado por César al tiempo del nacimiento del Hijo de Dios, lo cual obviamente no pudo haber sido en diciembre, época de intenso frío en Jerusalén, la razón es que el pueblo judío era proclive a la rebelión y hubiera sido imprudente ordenar un censo en esa época del año.

Como los turnos eran semanales, tal y como lo confirman los manuscritos del Mar Muerto, descubiertos en Qumrán, cada grupo servía dos veces al año y nuevamente le correspondía al grupo de Abdías el turno a finales de septiembre (del 24 al 30 del octavo mes judío). Si se toma esta segunda fecha como punto de partida, Juan habría nacido a finales de junio y Jesús a finales de diciembre. Así, algunos de los primeros escritores cristianos (Juan Crisóstomo, 347-407) enseñaron que Zacarías recibió el mensaje acerca del nacimiento de Juan en el día del Perdón, el cual llegaba en septiembre u octubre. Por otra parte, según los historiadores, cuando el Templo fue destruido en el año 70, el grupo sacerdotal de Joyarib estaba sirviendo. Si el servicio sacerdotal no fue interrumpido desde el tiempo de Zacarías hasta la destrucción del templo, este cálculo tiene al turno de Abdías en la primera semana de octubre, por lo que algunos creen que el 6 de enero puede ser el día correcto.

En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirmó que "Nuestro Señor fue concebido el 8 de las calendas de abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la Pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día en que murió". Si fue concebido el 25 de marzo, la celebración de su nacimiento se fijaría nueve meses después, es decir, el 25 de diciembre.



Fuente:

 Educadores Asociados

Consorcio Cristiano  Universal

Wikipedia

Del  hebreo  y su significado   Whitman   R  2014


Diccionario   Griego  para todos   Theopolus  W    2010

El diezmo en la Biblia


Un  estudio  meditado  reflexivo  realizado sobre el sagrado libro  que los cristianos llaman  La Biblia  y comparto  esa  definición  me ha llevado a elaborar este  conciso  artículo sobre  un punto tratado por entendidos   pastores y teólogos sobre el Diezmo  Luego de consultar varias  fuente  Judias, Cristianas , históricas,  Me llevado   a  afirmar   lo siguiente:
¿Están los cristianos bajo mandamiento de diezmar


¡No! Los cristianos no están bajo el mandamiento u obligación de diezmar. Reconocemos, eso sí, que un gran número de pastores ponen la obligación sobre los hombros de los fieles. Existe mucha enseñanza errónea respecto al diezmo, y ésta se origina en un falso entendimiento de la práctica de diezmar en el Antiguo Testamento. Los diezmos no eran primariamente ofrendas a Dios sino impuestos para sustentar el presupuesto nacional de la nación de Israel.

Israel fue originariamente una teocracia y el sacerdocio levita actuaba como un gobierno civil administrativo. Existía el diezmo o impuesto levítico (Lv. 27: 30-33). Este diezmo era para la manutención de los levitas y a su vez, éstos daban el diezmo de los diezmos para el funcionamiento del templo y las cámaras del tesoro nacional (Nm. 18:26;Neh. 10:38). Había otros impuestos más reducidos sobre el pueblo como no cosechar las esquinas de los campos para que los pobres pudieran recoger (Lv. 19:9-10), y no cosechar siembra cada siete años para que los pobres y los animales fueran suministrados con alimentos (Ex. 23:10-11). La suma total exigida de los israelíes no era el 10 por ciento, sino por encima del 20 %. Todo esto se usaba para administrar la nación.

El resto de las ofrendas, aparte de los impuestos colectados para el funcionamiento del gobierno, eran voluntarios (Ex. 25:1-2; 1 Cr. 29:9). Cada persona daba lo que su corazón le dictaba, ningún porcentaje o cantidad era especificado.

En el Nuevo Testamento, los creyentes no tienen mandamiento de diezmar. Mateo 22:15-22 y Romanos 13:1-7 especifican lo único que el cristiano debe pagar en estos tiempos, o sea, los impuestos al gobierno, es todo.

¿Significa esto que los cristianos no debemos ofrendar a Dios? No realmente, el Señor ama al dador alegre, así que usted es libre de dar por debajo o por encima del 10 por ciento si Dios lo pone en su corazón. Recuerde que los edificios de las iglesias requieren mantenimiento, los pastores son dignos de su salario (1 Co. 9:7-14, 1 Ti. 5:17-18), la luz y el agua hay que pagarlos si no los servicios son suspendidos, los misioneros necesitan sustento, los ministerios de ayuda necesitan donaciones, el material impreso y las biblias cuestan dinero, etc.

Segunda Corintios 9:6-7 marca la pauta de nuestras ofrendas a Dios: “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón; no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Pero reitero, nadie está obligado a diezmar, y Dios no le amará más ni retendrá sus bendiciones hacia usted porque usted no diezme, como le quieren hacer creer muchos pastores.

Los cristianos que dicen que el diezmo es obligatorio hoy en día, utilizarán todo tipo de estratagema para que la gente diezme y para hacer sentir culpable a los que no lo hacen. He aquí algunas artimañas y su refutación a continuación:

1) Abraham y Jacob diezmaron antes de la Ley – En el caso de Abraham, el NO dio los diezmos de sus pertenencias o ganancias, sino del botín de guerra como resultado de su victoria sobre los reyes de Mesopotamia. Jacob, por su parte, prometió a Dios el 10 por ciento de sus posesiones si Dios lo guardaba en su viaje a casa. Ambos diezmaron como respuesta a una bendición. No se trató del diezmo mosaico en El cual la persona debía diezmar le fuera como le fuera, bien o mal. Por otra parte, si los cristianos debemos diezmar hoy basados en este argumento, también debemos circuncidarnos porque los patriarcas lo hicieron. Decir que los judíos practicaban el diezmo antes de la Ley es abusar el texto bíblico.

2) Desde que el NT no prohíbe específicamente diezmar, entonces la práctica sigue en efecto hoy – Una lectura de Hechos 15 despeja las dudas y pone este argumento bajo tierra. Allí el Espíritu Santo y los apóstoles decidieron que los gentiles no estaban obligados por la Ley y sólo enumeraron ciertas excepciones como abstenerse de idolatría, sangre de ahogado y fornicación, pero no mencionaron ni sombra de la ley de diezmar. Además, si debemos diezmar por la simple razón de que el mandamiento no está abolido específicamente en el NT, entonces deberíamos guardar otras partes de la Ley que no están mencionadas en Hechos 15, entre ellas: hacernos flecos en las cuatro puntas de nuestras ropas (Dt. 22:12); mantener nuestros cabellos y barbas de acuerdo a la Ley (Lv. 19:27; perdonar a nuestros deudores cada siete años ( Dt. 15:1,2), etc.

3) Los cristianos deben diezmar porque al hacerlo reconocemos que todo le pertenece a Dios – No existe en la Biblia ninguna mención de esto. Una persona puede reconocer el principio de que Dios es dueño de todo sin necesidad de diezmar. Este argumento, por lo tanto, es una invención para hacer sentir a la persona culpable frente a Dios.

4) Diezmar es parte integral de la vida cristiana – No existe en absoluto ninguna Escritura para apoyar esta idea. Aún más, como dijimos anteriormente, no hay ningún versículo o pasaje en el NT que ordene o dé mandamiento de diezmar a los cristianos. Tampoco hay un solo ejemplo de un cristiano diezmando en la Biblia.

5) Si no diezmamos le estamos robando a Dios – Esta es la triquiñuela favorita de muchos pastores. Usan el pasaje de Malaquías en el capítulo 3. El libro de Malaquías no fue escrito para los cristianos. Los profetas del AT se caracterizaban por exhortar al pueblo a guardar la ley de Dios. Malaquías también lo hace (Mal. 4:4), por lo tanto, ¿cómo puede ser que Malaquías 3:8, (¿Robará el hombre a Dios?) haya sido escrito para los cristianos, los cuales no estamos bajo la Ley? Jesucristo dijo que la ley y los profetas fueron hasta Juan (Lc. 16:16). Como si esto fuera poco, acusar a los cristianos que no diezman de ladrones es condenarlos al infierno virtualmente, ya que 1 Corintios 6:10 dice que los ladrones no heredarán el reino de Dios. Los que quieren imponer sobre los cristianos el diezmo del AT, tendrían que saber que bajo la ley, aun si diéramos el 10 % , estaríamos robándole a Dios, ya que como hemos visto la suma total de los diezmos era por encima del 20 %. Otro punto a considerar es que eran los levitas los que debían de traer el 10% de los diezmos, es decir el diezmo de los diezmos, “a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro” (Neh. 10:38). Por lo tanto, Dios estaba reprendiendo a los levitas en Malaquías 3, no al pueblo. El equivalente a los levitas en tiempos modernos serían los controversiales pastores que exigen el diezmo. ¿Traen ellos el diezmo de los diezmos a la iglesia? ¿O continúan viviendo en abundancia a expensas de su pobre grey? Ustedes amigo lector elabore sus propias conclusiones es usted culto y conocedor de la palabra. Si no es asi   lea su Biblia

Fuente
La Biblia


Como funciona el cerebro(Da click en la imagen)

A lo largo del día, ya seamos adolescentes o adultos, en el trabajo o en casa, nuestro cerebro utiliza todo un repertorio de capacidades sofisticadas: las funciones cognitivas...

Estas funciones cognitivas nos permiten efectuar actividades como elaborar un itinerario, recordar un número de teléfono, reconocer un rostro, calcular mentalmente, conducir, tocar el piano o, simplemente, leer.

La Memoria

La memoria es la función cognitiva más solicitada en la mayoría de nuestros actos. Interviene para registrar o recordar informaciones tan diversas como un número de teléfono, lo que hemos hecho el fin de semana, un encuentro, dónde hemos dejado las llaves, el nombre de un determinado objeto o de una persona que nos presentaron recientemente, un dato histórico famoso.

Igualmente, participa de modo fundamental en otras actividades cognitivas, como la lectura, el razonamiento, el cálculo mental, la creación de imágenes mentales... En consecuencia, se encuentra en todo momento activa, voluntariamente o no, y nos permite crear un stock de conocimientos culturales, recuerdos personales, actuaciones, etc.
La memoria constituye el pasado de cada uno o, más bien, el conocimiento de sí mismo, y permite que cada individuo posea una identidad.


    Tipos de memoria
    Pérdidas de memoria
    Cómo memorizar mejor
      Otros tipos de memoria


No poseemos una sola memoria, aunque ciertamente tendemos a considerar la memoria como un todo, diciendo que tenemos, de forma global, UNA buena o mala memoria o utilizando frases del tipo: "Me falla LA memoria".
En efecto, acordarse de lo que uno ha comido el día anterior es muy distinto de recordar que la capital de Francia es París. Por otra parte, las investigaciones demuestran que intervienen distintas regiones del cerebro según del tipo de conocimientos que hay que memorizar o recordar.
Existen diferentes memorias según la duración del recuerdo:


    La memoria sensorial
    Capta toda nueva información durante solo algunos centenares de milésimas de segundo.
    La memoria a corto plazo, llamada también memoria de trabajo:
    Toma el relevo a la anterior, conservando la información durante más o menos un minuto. Su capacidad es igualmente limitada en cantidad, y permite registrar alrededor de siete elementos. Permite, por ejemplo, retener un número de teléfono dado de viva voz, durante el tiempo de marcarlo o de escribirlo. Interviene también en la lectura, permitiendo retener la frase que acabamos de leer, de modo que la siguiente resulte coherente.

    La memoria a largo plazo

    Interviene cuando se desea retener por más tiempo una información. Esta memoria tiene una capacidad y una duración de conservación de la información ilimitada.

Existen también otras memorias a largo plazo según el tipo de recuerdo:

    La memoria episódica
    Permite recordar lo que hemos hecho el día anterior, la visita al dentista o la velada en casa de un amigo. Es decir, con ella se recuerdan acontecimientos que constituyen recuerdos personales, autobiográficos, en los que el contexto de memorización es muy relevante.
    La memoria semántica
    Agrupa los conocimientos relativos a las reglas gramaticales, sentidos de las palabras, hechos culturales, nombres de ciudades o de objetos, etc., que constituyen conocimientos generales, sin relación con el contexto de memorización. No recordamos el momento preciso en que aprendimos esas informaciones.

    La memoria procedimental
    Se refiere a los conocimientos difíciles de comunicar de manera explícita. Son todas nuestras habilidades, como tocar el piano, ir en bicicleta, conducir, abrocharnos la ropa... Son actos que realizamos de manera automática, pero que necesitan la implicación de conocimientos almacenados en la memoria. Estos conocimientos son, por ejemplo, saber que una determinada posición de las manos sobre el piano permitirá tocar un acorde concreto, o que tal maniobra con el coche permitirá girar a la izquierda.
Las pérdidas de memoria
La memoria tiene un importante papel en la vida cotidiana del ser humano, por ello se comprende muy bien que los problemas de memoria puedan verse como un obstáculo e incluso ser fuente de estrés.

Por otra parte, quejarse del funcionamiento de la memoria es muy habitual en personas de más de 50 años, que a menudo temen que esos problemas de memoria estén asociados a alguna patología.
Esto, no obstante, suele ocurrir raramente, aunque sí es normal observar una disminución en el rendimiento de la memoria con la edad.

La edad no es el único factor que desencadena un deterioro en el rendimiento de la memoria. También contribuyen a ello otros factores, como las circunstancias y determinados acontecimientos, la fatiga, el estrés, la motivación o la emotividad.
¿Cómo memorizar mejor?


En general, para acordarse mejor de las cosas hay que estar atento a lo que se hace, ya sea leer un texto o poner las gafas sobre la cómoda.
En cuanto a las tareas rutinarias, una manera de acordarse de regar las plantas o tomar la medicación, por ejemplo, es hacerlo siempre a la misma hora y asociarlo a un acontecimiento concreto, como un programa de televisión semanal o una de las comidas del día.
También es importante el aspecto emocional: no podemos retener aquello que para nosotros carece de interés o de sentido. Cuantos más registros emocionales, mejor se memoriza.
Para memorizar mejor puede resultar de ayuda:

    Localizar las informaciones esenciales para la comprensión,
    Reflexionar e interrogarse sobre el contenido, sobre el sentido de la información,
    Organizar las informaciones por categorías,
    Crear asociaciones,
    Recurrir con regularidad a la información conocida
La Atención
¿A quién no le han dicho o ha dicho: "Me cuesta concentrarme" o "No pones suficiente atención”?
La atención es primordial en el comportamiento humano. La mayor parte de las actividades cerebrales requieren una gran concentración, tanto para la memorización de una información o la comprensión de un texto como para la búsqueda de un término en particular.
Un trueno captará toda nuestra atención
La atención es una función cognitiva compleja. Corresponde a un proceso de selección de un acontecimiento exterior (sonido, imagen, olor...) o interior (pensamiento) y del mantenimiento de este último en un determinado nivel de conciencia.

Un grito o un trueno captarán toda nuestra atención automáticamente.
El denominado estado de alerta nos permite mantener cierto nivel de vigilancia
En consecuencia, nuestro nivel de atención está fuertemente condicionado por los cambios que se producen en nuestro entorno.

La atención puede también intervenir de manera voluntaria:
Si para dar un paseo por la ciudad utilizamos un calzado que nos produce dolor, toda nuestra atención se focalizará en la búsqueda de un lugar agradable para descansar, lo que nos llevará, por ejemplo, a reparar en un banco en un jardín.
El desplazamiento voluntario de la atención se produce cuando se manifiesta un deseo, una necesidad o una intención de algo, a fin de lograr un objetivo.

Si uno va buscando setas, la atención selectiva se centra en el suelo
Entonces aparecen la toma de conciencia y el control de nuestra atención: ya que nos es imposible tratar simultáneamente toda la información que se nos presenta, realizamos un análisis sucesivo de informaciones.

La atención denominada selectiva entra enseguida en escena: este tipo de atención actúa desde el momento en que tenemos que efectuar una selección de información que responda a nuestras expectativas en unas circunstancias determinadas.
Solo se examina la información seleccionada. La atención selectiva permite, pues, focalizar un punto, abstrayéndose mentalmente del entorno, sin que ello signifique aislarse físicamente.
Si uno va buscando setas, la atención selectiva se centra en el suelo, ignorando las demás informaciones del escenario.


La atención puede estar también repartida:
En nuestra vida cotidiana, a menudo debemos hacer varias cosas a la vez, como cuando mantenemos una conversación al mismo tiempo que conducimos.
La atención, que en estos casos debe repartirse ante numerosas informaciones, requiere más recursos.
Pero si estudiar con música de fondo no supone ningún problema para un joven de 20 años, la movilización de todos los recursos de concentración será, en cambio, más difícil para una persona de más de 60 años. En efecto, con la edad aparece una disminución de los recursos de atención, así como una mayor sensibilidad a las interferencias. Eso nos hace menos eficaces en las situaciones de doble tarea

Factores como la fatiga, el consumo excesivo de alcohol o el estrés también disminuyen el rendimiento en las actividades que requieren atención
La atención y la memoria:

La interacción entre las dos funciones cognitivas de «Atención» y «Memoria» es muy elevada. La atención se moviliza particularmente cuando se trata de una información nueva, es decir, que no tiene equivalente en la memoria.

Efectivamente, una información conocida o familiar (como, por ejemplo, la disposición de los muebles del salón en casa de un amigo al que visitamos mucho), no llama la atención.
La atención se centrará en una información familiar, principalmente si difiere del contexto habitual (siguiendo con el ejemplo, un elemento que hubiera sido cambiado de sitio) o si buscamos voluntariamente un objeto en el entorno.
Nuestro nombre o apellidos pronunciados en contextos diversos (en la calle, en un restaurante, etc.) captarán inmediatamente nuestra atención, aunque esta información nos sea extremadamente familiar. Desde los primeros años de vida, estamos condicionados a reaccionar ante nuestro nombre o apellidos.

En resumen...

La atención se encuentra implicada en todos nuestros actos intelectuales, permitiéndonos estar totalmente vigilantes, focalizando nuestra concentración sobre un punto concreto, o bien, al contrario, repartiendo nuestra concentración en varias actividades. Pero entonces, ¡cuidado con la dispersión!
La atención no es estable, sino fluctuante. No se mantiene “sostenida” de forma continuada, sino que presenta automáticamente estados de relajación en el curso de una misma actividad.

El Lenguaje
El lenguaje constituye la característica humana por excelencia. Todos los días utilizamos diferentes facetas del lenguaje: escrito (lectura y escritura) y oral (comprensión y expresión).
Se ha escrito muchísimo sobre el lenguaje. Aquí nos limitaremos, principalmente, a la descripción de los procesos implicados en la actividad de la lectura.
La lectura
La lectura es una actividad mental compleja que implica distintos tipos de análisis, más o menos automático, de las palabras:
    El análisis visual permite decir a qué letra o a qué palabra corresponde una forma leída. E
    El análisis ortográfico conduce a la localización de posibles faltas.

    El análisis sintáctico permite determinar si una frase dada tiene una estructura gramatical correcta.

    El análisis fonológico leva al reconocimiento sonoro de una palabra, ya que incluso en la lectura silenciosa se accede a la forma de pronunciar una palabra.

    El análisis semántico extrae el sentido de las palabras y desemboca en la comprensión global de la frase.

Fenómenos constatados en la lectura:

La lectura de una palabra es más o menos fácil según la frecuencia de aparición (ocurrencia) en una lengua dada. Cuanto más frecuente es la palabra, más rápidamente será identificado. De ahí podría deducirse que la facilidad con la encontramos una palabra almacenada en nuestra memoria está directamente relacionada con su frecuencia de aparición en la lengua.

Asimismo, la coherencia de una palabra respecto del contexto de la frase facilita la lectura. Cuando leemos el comienzo de una frase, esperamos leer a continuación una palabra acorde con el sentido de la frase. Si empezamos a leer "Es rojo como un...", esperaremos que la palabra que siga sea tomate más que la palabra fresón o cualquier otra palabra.

La facilidad para leer una palabra depende también de criterios físicos. Estamos habituados a leer palabras con una determinada forma física y si esta forma no es respetada, la lectura se ralentiza. Así, si se nos presenta una palabra escrita en alternancia minúscula/mayúscula, como "Escollo", esto perturbará la lectura de la palabra.

La comprensión del texto:

La lectura clásica de un texto se realiza en etapas sucesivas, frase por frase, párrafo a párrafo.
Para construir la coherencia de un texto, nuestra memoria temporal guarda las informaciones a medida que vamos leyendo. Eso nos permite la comprensión en la etapa ulterior, es decir, la frase o el párrafo siguiente.

Nuestra memoria no puede conservar las frases tal y como aparecen en un texto. De hecho, solo las informaciones más pertinentes para la comprensión y el sentido del texto (las palabras clave y las ideas principales) son retenidas durante más tiempo y podrán ser utilizadas más adelante para hacer un resumen.
Las informaciones no pertinentes, redundantes o contradictorias son eliminadas de nuestra memoria para evitar sobrecargarla, con el fin de extraer y quedarse con el sentido general del texto. En otras palabras, cuando leemos un texto, analizamos las palabras que vemos y reparamos en las palabras clave que nos ayudarán a memorizar las ideas principales. Las palabras son organizadas automáticamente a fin de formar un conjunto lo más coherente posible. Y es entonces cuando se extrae su sentido global y se asocia a un tema central.

Los conocimientos del lector contribuyen también en la comprensión conocimientos del lector contribuyen también en la comprensión «Al muchacho que se paseaba por el bosque se lo comió un elefante» y no sabe aún que los elefantes no son carnívoros, no percibirá la incongruencia de la frase.

Paralelamente, cuando un enunciado no es coherente, se lleva a cabo una tarea de deducción, gracias a nuestros conocimientos generales. Por ello, si leemos frases aparentemente sin relación entre sí, como, por ejemplo, «Han robado en el apartamento. Pablo ya no tiene dinero», se establece enseguida una deducción posible: «Todo el dinero de Pablo estaba en el apartamento». Esta deducción permite hallar una coherencia en el enunciado.

La escritura
Tomemos como ejemplo la redacción de una carta: utilizamos las reglas gramaticales, pero también estamos atentos a la ortografía y buscamos sinónimos para evitar las repeticiones.
La comprensión y la expresión oral
Cuando conversamos o cuando contamos algo, creamos frases eligiendo las palabras de nuestro corpus que consideramos más apropiadas para los interlocutores y las circunstancias. Después, organizamos estas palabras entre sí respetando las reglas gramaticales de la lengua que utilizamos.

Dicho de otra manera, cuando leemos un texto, analizamos las palabras que vemos y reparamos en las palabras clave que nos ayudarán a memorizar las ideas principales. Las palabras se organizan automáticamente para formar un conjunto lo más coherente posible. Entonces ya podemos extraer su sentido global y asociarlo a un tema central.

Las Funciones Ejecutivas
Las funciones ejecutivas son funciones organizadoras relacionadas con la lógica, la estrategia, la planificación, la resolución de problemas y el razonamiento hipotético-deductivo.
Estas funciones nos ayudan a resolver todos los problemas más o menos complejos de nuestra vida cotidiana. Normalmente, hay que analizar bien el contexto y el objetivo buscado a fin de evaluar las posibles consecuencias de la decisión que se tomará.
En la vida cotidiana nos encontramos con situaciones complejas o simplemente nuevas, como hallar la causa de una avería, establecer el recorrido adecuado para ir a un lugar, planificar labores de jardinería, pensar las mejores jugadas para batir a un adversario al ajedrez...
Para comprender mejor estas situaciones, estamos dotados de una capacidad de razonamiento que puede ser de tres tipos

El razonamiento inferencial
 Se utiliza ante un problema que se aborda por primera vez y para el que no existe solución previa.
  En esos casos, es necesario reparar en todos los elementos del problema y realizar una tarea de deducción, de formulación y de verificación de hipótesis que permitan llegar a posibles soluciones.
El razonamiento analógico:
Se refiere a la reutilización adaptada de una solución utilizada anteriormente ante un problema que presentaba especificidades comunes al que hay que resolver actualmente.
El razonamiento automático:
Es considerado más como la aplicación espontánea de un procedimiento que como un razonamiento propiamente dicho. Se da sobre todo en el marco de situaciones habituales, como ir al trabajo en coche.

    Se realiza mediante la aplicación de conocimientos automatizados almacenados en la memoria procedimental. Al no ser nuevas, estas situaciones no necesitan mucha atención, de modo que esta puede dedicarse a otra cosa.

Para resolver un problema, se requieren varias etapas de razonamiento

Se analiza el problema y se define el objetivo a alcanzar. Seguidamente, hay que establecer una estrategia y un plan de acción que permitan resolver el problema.

Si el objetivo final es demasiado difícil de conseguir en una sola etapa, será necesario considerar objetivos intermedios considerar objetivos intermedios.

Paralelamente, habrá que tomar en cuenta los medios existentes y los imperativos materiales o procedimentales a respetar.

Finalmente, es muy importante seleccionar una respuesta entre varias posibles y validar el resultado en relación a la intención inicial.

Otras funciones cognitivas que participan en el razonamiento

    La atención

    Durante la resolución de un problema, nuestras capacidades de atención nos permiten focalizarse, concentrarse sobre todos los datos del problema y establecer los más pertinentes. Esto permitirá identificar claramente el objetivo y la estrategia a seguir para su consecución.

    La atención permite descartar las interferencias que podrían perturbar el razonamiento. Asimismo, puede ayudarnos a inhibir las respuestas automáticas que no se adaptan a la situación, como detenerse en un stop cuando un agente de circulación hace señal de pasar.

    La memoria:

    La memoria a largo plazo tiene un papel importante en el razonamiento, ya que podemos echar mano de planes de acción almacenados en la memoria para resolver un problema nuevo

    La memoria de trabajo también está muy solicitada. Nos permite guardar en la memoria los elementos importantes del problema, como el objetivo que se pretende alcanzar, y asociarlos en distintas configuraciones, como series de cifras en el cálculo mental.

    La imaginería mental:

    La imaginería mental, es decir, la capacidad de representarse un objeto, una persona, etc., en la mente sin que ese objeto, esa persona, etc., se encuentre físicamente presente, tiene también su papel en el razonamiento.

    Permite crear, imaginar, anticipar (por ejemplo, anticipar los movimientos que haremos en el futuro durante un juego de cartas o de ajedrez), conservar una información en la mente, comparar situaciones, realizar rotaciones de objetos mentalmente (por ejemplo, para decidir si el color del nuevo papel pintado va a desentonar con el mobiliario, o si una mano presentada fuera de contexto es una mano derecha o izquierda).

Si entre estos cuatro objetos nos pidieran que cogiéramos el cubo más próximo a la pirámide, no tendríamos ningún problema. Pero esta tarea se apoya en procesos cognitivos más complejos de lo que parece.

Cuatro objetos

Así, para lograrlo habrá que reconocer las formas de cada uno de los cuatro objetos, a fin de distinguir el cubo entre las demás formas. Seguidamente, después de analizar los dos cubos presentes, se tratará de decidir cuál de los dos cubos está más cerca de la pirámide, estimando la distancia que los separa. Esta decisión será más difícil por cuanto requiere considerar la perspectiva.

En un mundo en el que la vista es el sentido más utilizado, nos vemos enfrentados todos los días a situaciones que requieren el reconocimiento de formas visuales y colores, el análisis de la posición de un objeto en relación a otro, o la estimación de la distancia que separa dos objetos.

Efectivamente, es necesario analizar bien todas las informaciones visuales para actuar en el medio.

Nuestro sistema visual es responsable de esos análisis espontáneos. Más concretamente, son dos partes diferentes del cerebro las que procesan la forma de los objetos y sus propiedades espaciales (es decir, el tamaño, el emplazamiento, la orientación de los objetos).

La vista es, por tanto, una función cognitiva extremadamente compleja si tenemos en cuenta el número de informaciones que debe procesar para obtener el análisis de una escena visual coherente.
Ella nos permite también identificar los objetos que componen nuestro entorno, así como sus posiciones en relación a otros objetos y en relación a nuestro propio cuerpo. Así nos permite interactuar con el medio (coger objetos, orientarnos a través de ellos, etc.).

Los objetos de nuestro entorno constituyen, pues, datos que al ser registrados facilitan nuestra orientación en el espacio. Sin embargo, orientarse correctamente depende también de informaciones internas procedentes de nuestro cuerpo, como la posición del brazo o de la mano.

Cuando realizamos un trayecto, en todos los casos, nuestro cerebro elabora mapas mentales que nos permiten, asociados a los datos registrados, fácilmente volver a hacer un trayecto que ya hemos realizado anteriormente.

Imaginemos que se nos pregunta cuál es el cubo más próximo a la pirámide si el cubo del fondo se desplaza 10 centímetros hacia esta.

Responder a esta pregunta requiere desplazar mentalmente el cubo del fondo en una distancia que se estime de diez centímetros, y entonces tomar una decisión acerca de cuál es el objeto más próximo a la pirámide. Ese tipo de preguntas requiere la colaboración de nuestras capacidades de imaginería mental visual.

La imaginería mental es una actividad cognitiva que permite percibir algo en su ausencia. No es exclusivamente visual y, de hecho, nos permite crear imágenes, sonidos, olores y sensaciones en nuestra mente.

En el terreno de la visión, la imaginería mental consiste en "ver" una imagen en la cabeza, como por ejemplo la cara de una persona, sin que dicha persona se encuentre físicamente presente.

Gracias a esta capacidad, pueden ser creadas en nuestro interior formas existentes (caras, cuerpos humanos, cifras, palabras, objetos, animales) o imaginarios (monstruos, figuras abstractas), conocidas o desconocidas, inmóviles o en movimiento, en color o en blanco y negro.
Antes de realizar una acción compleja, podemos simular el encadenamiento de operaciones a fin de verificar que no hayamos olvidado o subestimado algunos datos.

El ejemplo típico es el jugador de ajedrez, que para apreciar la conveniencia de los posibles movimientos que puede jugar, simula mentalmente el desplazamiento de sus propias piezas y las del adversario, ya que le está prohibido tocarlas físicamente.

En la vida cotidiana, nuestras capacidades de imaginería mental son requeridas en actividades como el pensamiento, el sueño, el razonamiento y la resolución de problemas, la anticipación de los acontecimientos, el reconocimiento de objetos que aparecen en orientaciones no habituales, la simulación de un itinerario, la comprensión de una descripción verbal, etc.

La imaginería mental es posible gracias a las experiencias vividas en el día a día. En efecto, los elementos que componen nuestras experiencias vividas (es decir, caras de personas, objetos, sonidos, formas, sensaciones, olores...) se registran en nuestra memoria y se activan de nuevo en la memoria temporal cuando queremos recordar unos elementos determinados.

Las imágenes mentales son nuestras propias, porque nacen de nuestra experiencia personal.

Así, si alguien pide a dos personas que se imaginen un perro, muy probablemente el perro que ambas se imaginen será distinto.

La creatividad existe gracias a la imaginería mental, que es la que, de hecho, nos ofrece la posibilidad de generar / crear la imagen de cosas que no existen en la realidad.

La generación de imágenes nuevas se produce por la combinación original de elementos conocidos, pero también por la generación de nuevas características que pueden llevar a concebir formas nunca vistas.
La imaginería mental permite también la transformación de imágenes por rotación mental.
Por ejemplo, antes de amueblar una habitación podemos anticipar el aspecto final que tendrá colocando mentalmente los muebles de todas las maneras posibles a fin de elegir los "mejores" emplazamientos. Al considerar todas las posibilidades, la rotación mental nos evita tener que hacer la comprobación.


BIBLIOGRAFIA CONSULTADA EN LA ELABORACIÒN DEL ARTICULO



Larraya       S (2015) “Funciones del Cerebro “
Raúl              P (2013) “Causalidad del Cerebro y su Rolen la Conservación dela especie
Sandra        M (2014) “Soluciones desde el Cerebro Tr