sábado, 29 de octubre de 2016

Diezmo

Un  estudio  meditado  reflexivo  realizado sobre el sagrado libro  que los cristianos llaman  La Biblia  y comparto  esa  definición  me ha llevado a elaborar este  conciso  artículo sobre  un punto tratado por entendidos   pastores y teólogos sobre el Diezmo  Luego de consultar varias  fuente  Judias, Cristianas , históricas,  Me llevado   a  afirmar   lo siguiente:


No! Los cristianos no están bajo el mandamiento u obligación de diezmar. Reconocemos, eso sí, que un gran número de pastores ponen la obligación sobre los hombros de los fieles. Existe mucha enseñanza errónea respecto al diezmo, y ésta se origina en un falso entendimiento de la práctica de diezmar en el Antiguo Testamento. Los diezmos no eran primariamente ofrendas a Dios sino impuestos para sustentar el presupuesto nacional de la nación de Israel.

Israel fue originariamente una teocracia y el sacerdocio levita actuaba como un gobierno civil administrativo. Existía el diezmo o impuesto levítico (Lv. 27: 30-33). Este diezmo era para la manutención de los levitas y a su vez, éstos daban el diezmo de los diezmos para el funcionamiento del templo y las cámaras del tesoro nacional (Nm. 18:26;Neh. 10:38). Había otros impuestos más reducidos sobre el pueblo como no cosechar las esquinas de los campos para que los pobres pudieran recoger (Lv. 19:9-10), y no cosechar siembra cada siete años para que los pobres y los animales fueran suministrados con alimentos (Ex. 23:10-11). La suma total exigida de los israelíes no era el 10 por ciento, sino por encima del 20 %. Todo esto se usaba para administrar la nación.

El resto de las ofrendas, aparte de los impuestos colectados para el funcionamiento del gobierno, eran voluntarios (Ex. 25:1-2; 1 Cr. 29:9). Cada persona daba lo que su corazón le dictaba, ningún porcentaje o cantidad era especificado.

En el Nuevo Testamento, los creyentes no tienen mandamiento de diezmar. Mateo 22:15-22 y Romanos 13:1-7 especifican lo único que el cristiano debe pagar en estos tiempos, o sea, los impuestos al gobierno, es todo.

¿Significa esto que los cristianos no debemos ofrendar a Dios? No realmente, el Señor ama al dador alegre, así que usted es libre de dar por debajo o por encima del 10 por ciento si Dios lo pone en su corazón. Recuerde que los edificios de las iglesias requieren mantenimiento, los pastores son dignos de su salario (1 Co. 9:7-14, 1 Ti. 5:17-18), la luz y el agua hay que pagarlos si no los servicios son suspendidos, los misioneros necesitan sustento, los ministerios de ayuda necesitan donaciones, el material impreso y las biblias cuestan dinero, etc.

Segunda Corintios 9:6-7 marca la pauta de nuestras ofrendas a Dios: “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón; no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Pero reitero, nadie está obligado a diezmar, y Dios no le amará más ni retendrá sus bendiciones hacia usted porque usted no diezme, como le quieren hacer creer muchos pastores.

Los cristianos que dicen que el diezmo es obligatorio hoy en día, utilizarán todo tipo de estratagema para que la gente diezme y para hacer sentir culpable a los que no lo hacen. He aquí algunas artimañas y su refutación a continuación:

1) Abraham y Jacob diezmaron antes de la Ley – En el caso de Abraham, el NO dio los diezmos de sus pertenencias o ganancias, sino del botín de guerra como resultado de su victoria sobre los reyes de Mesopotamia. Jacob, por su parte, prometió a Dios el 10 por ciento de sus posesiones si Dios lo guardaba en su viaje a casa. Ambos diezmaron como respuesta a una bendición. No se trató del diezmo mosaico en El cual la persona debía diezmar le fuera como le fuera, bien o mal. Por otra parte, si los cristianos debemos diezmar hoy basados en este argumento, también debemos circuncidarnos porque los patriarcas lo hicieron. Decir que los judíos practicaban el diezmo antes de la Ley es abusar el texto bíblico.

2) Desde que el NT no prohíbe específicamente diezmar, entonces la práctica sigue en efecto hoy – Una lectura de Hechos 15 despeja las dudas y pone este argumento bajo tierra. Allí el Espíritu Santo y los apóstoles decidieron que los gentiles no estaban obligados por la Ley y sólo enumeraron ciertas excepciones como abstenerse de idolatría, sangre de ahogado y fornicación, pero no mencionaron ni sombra de la ley de diezmar. Además, si debemos diezmar por la simple razón de que el mandamiento no está abolido específicamente en el NT, entonces deberíamos guardar otras partes de la Ley que no están mencionadas en Hechos 15, entre ellas: hacernos flecos en las cuatro puntas de nuestras ropas (Dt. 22:12); mantener nuestros cabellos y barbas de acuerdo a la Ley (Lv. 19:27; perdonar a nuestros deudores cada siete años ( Dt. 15:1,2), etc.

3) Los cristianos deben diezmar porque al hacerlo reconocemos que todo le pertenece a Dios – No existe en la Biblia ninguna mención de esto. Una persona puede reconocer el principio de que Dios es dueño de todo sin necesidad de diezmar. Este argumento, por lo tanto, es una invención para hacer sentir a la persona culpable frente a Dios.

4) Diezmar es parte integral de la vida cristiana – No existe en absoluto ninguna Escritura para apoyar esta idea. Aún más, como dijimos anteriormente, no hay ningún versículo o pasaje en el NT que ordene o dé mandamiento de diezmar a los cristianos. Tampoco hay un solo ejemplo de un cristiano diezmando en la Biblia.

5) Si no diezmamos le estamos robando a Dios – Esta es la triquiñuela favorita de muchos pastores. Usan el pasaje de Malaquías en el capítulo 3. El libro de Malaquías no fue escrito para los cristianos. Los profetas del AT se caracterizaban por exhortar al pueblo a guardar la ley de Dios. Malaquías también lo hace (Mal. 4:4), por lo tanto, ¿cómo puede ser que Malaquías 3:8, (¿Robará el hombre a Dios?) haya sido escrito para los cristianos, los cuales no estamos bajo la Ley? Jesucristo dijo que la ley y los profetas fueron hasta Juan (Lc. 16:16). Como si esto fuera poco, acusar a los cristianos que no diezman de ladrones es condenarlos al infierno virtualmente, ya que 1 Corintios 6:10 dice que los ladrones no heredarán el reino de Dios. Los que quieren imponer sobre los cristianos el diezmo del AT, tendrían que saber que bajo la ley, aun si diéramos el 10 % , estaríamos robándole a Dios, ya que como hemos visto la suma total de los diezmos era por encima del 20 %. Otro punto a considerar es que eran los levitas los que debían de traer el 10% de los diezmos, es decir el diezmo de los diezmos, “a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro” (Neh. 10:38). Por lo tanto, Dios estaba reprendiendo a los levitas en Malaquías 3, no al pueblo. El equivalente a los levitas en tiempos modernos serían los controversiales pastores que exigen el diezmo. ¿Traen ellos el diezmo de los diezmos a la iglesia? ¿O continúan viviendo en abundancia a expensas de su pobre grey? Ustedes amigo lector elabore sus propias conclusiones es usted culto y conocedor de la palabra. Si no es a si   lea su Biblia 

Fuente 

La Biblia 
Educadores Asociados
Webmedia.

sábado, 8 de octubre de 2016

La civilización Mochica

El desarrollo de la humanidad ha entregado a la historia de este una serie de hechos y acontecimientos míticos que ha producido en la especie humana un gran cambio.
Desde su inicial panteísmo, propio de su estado de desarrollo humano, pasando por la idolatría propia del Asia muy difundida en la antigüedad como la China, India, Persia, Babilonia, Caldeana, Asiria, griega, Romana, egipcia cada una de estas civilizaciones produjo su mitología.
No es de extrañar que la civilización Mochica produjera una pléyade de dioses propias de su estadio evolutivo como tal. Es por ello que trataremos sobre esta última. en el presente documento.
Poco nos queda de los mitos en los que basaran su religión los miembros de la cultura mochica o Moche, que se desarrolló en la zona norteña de la costa del Perú mucho antes que el Imperio inca.
Pero sí quedan aún en pie sus monumentales pirámides de adobe de Vicus, aunque el tiempo ha ido erosionando implacablemente su endeble estructura, tanto como ha ido haciendo que se perdiera su riqueza colectiva y su legado cultural.
Se trató de un pueblo costero que, como sucesor de muchas y muy diversas culturas, fue agrupando los diversos retazos mitológicos, hasta formarse un grupo de divinidades heterogéneas y crear un conjunto panteístico peculiar al cuidado de la clase sacerdotal teniendo al jaguar a la cabeza de las diversas divinidades locales, casi todas totémicas, como el demonio-cangrejo, o el demonio-serpiente, sus animales locales, presididos por el Martín  pescador y las curiosas cerámicas sexuales en las que se supone que se quiere dar una lección de moral, uniendo la figura del placer a la de la muerte.
Sus dos grandes templos, las Huacas del Sol y de la Luna, son obras de grandes dimensiones.
Dioses mochicas

Los mochicas llamaban Aia Paec a la divinidad y Alaec pong a la piedra o figura que la representaba.

Otras divinidades eran Si (la luna), Ni (el mar), Fur (Iguana, dios de la muerte). Los del valle de Chicana le rendían culto a su dios Chicamac.
A pesar de que Aia paec era la deidad principal, el culto a Si era el más extendido dada la relación de la luna con el mar y las mareas (puesto que los mochicas eran también pescadores y navegantes). Se especula que consideraran a la luna más poderosa que el sol. Los eclipses lunares se representaban en cerámica como que la luna era atacada y con grandes llantos. El término del eclipse era celebrado con fiestas por el triunfo de la diosa. Para ello se ofrecían muchos sacrificios a la luna, incluso humanos.
Los habitantes de la zona de Pacasmayo (Pacatnamun) rendían especial culto al mar y le ofrecían maíz y almagre.
El chamanismo estaba difundido, lo cual demuestra que la clase sacerdotal no pudo controlar totalmente la ciencia médica tradicional, representada por personas especiales (chaman) con conocimiento de los efectos de las plantas y minerales locales, así como poseedoras de una relación psicologica-hipnotica-carismatica con el paciente, para la prevención y tratamiento de enfermedades comunes y menos comunes de la época. Los chamanes curanderos (generalmente sabios locales) hacían también sacrificios en lugares sagrados del valle de Talambo llamado Coalechec.
 

“Tres arqueólogos polacos, bajo la dirección de Krzysztof Makowski (Varsovia, 1952), han desentrañado la compleja y fascinante simbología de “una de las iconografías religiosas más ricas en la historia de las civilizaciones antiguas”. Complementa esta investigación los hallazgos que el Programa Arqueológico San José de Moro (1991-2004), auspiciado por la PUCP, ha localizado en el valle de Jequetepeque (La Libertad). Estos últimos descubrimientos, acaban de ser publicados en CD interactivo; el de Makowski, en un volumen bellamente ilustrado. Ambos modifican la percepción de una de nuestras más grandes culturas precolombinas.
Probablemente haya pocas culturas en el planeta cuya iconografía sobrenatural o divina, pero también la guerrera, esté presente prácticamente en casi todos sus productos culturales: frisos, muros, vasijas de arcilla, objetos de oro y plata, tejidos, tapices, en fin. Ese es el caso de la cultura Moche, desarrollada en el norte del Perú durante los siglos I y VII de nuestra era. Los diseños estudiados y clasificados minuciosamente por el equipo comandado por Makowski, permiten diferenciar con claridad entre seres humanos (normalmente guerreros) y divinidades. Los seres sobrenaturales tienen cuerpo antropomorfo, pero cabeza de animal o cabellos de serpientes. Se aprecian también rayos luminosos que rodean el cuerpo y alas de aves gigantes.
Los hombres por lo general llevan una suerte de casco, narigueras, orejeras, pectorales, túnicas y una falda ampliamente decorada, a veces adornada con aditamentos de metal y tumis con sonajas. El vestido de las mujeres es más sencillo: túnica larga, ceñida a la cintura, collares, pulseras y orejeras. Llevan también un tocado con borlas o largas plumas en posición vertical, a manera de corona. Aparte de estos tres tipos de seres, se hallan representados otros seres zoomórficos que, siguiendo a Makowski, representan metamorfosis o transfiguraciones de hombres en deidades animales, como dragones, ciempiés o serpientes.





Más allá de esta primera taxonomía, al parecer los tres tipos geográficos del territorio Moche (el litoral marino, el desierto, el valle húmedo) espejea directamente en las figuras que se encuentran en dichos espacios, las cuales son por lo general animales antropomorfos; por un lado, cangrejos, camarones, peces y aves marinas; por otro iguanas, perros, zorros y picaflores, propios de la costa, y finalmente felinos como el puma y el jaguar, y cérvidos, habitantes de las zonas altas del valle. Existen incluso plantas -específicamente leguminosas- como frijoles y pallares, que juegan en algunos dibujos el papel de guerreros, lo que lleva a Makowski a pensar que debió existir un mito fundacional o de creación de la humanidad, tal vez debido a que las semillas simbolizan la generación potencial de la vida.
Esta fabulosa diversidad icónica lleva a discutir al arqueólogo polaco si es posible que todas estas divinidades y personajes respondan a un solo Dios, como en el caso del cristianismo. Luego de discutir cada una de las propuestas de lectura anteriores de la iconografía Moche (Donnan, Hocquenghem, Golte, entre los más importantes), el autor colige que es muy discutible la utilidad de una descripción de la iconografía Moche que no esté comprometida con el contexto cultural de la imagen (aquí la semiología es de gran ayuda) y que eluda los principios de composición tenidos en cuenta por los autores del diseño. Como primera conclusión, bajo estos postulados, Makowski plantea que “el artista mochica hace por lo general un deslinde claro entre lo real y lo sobrenatural poblado por seres híbridos. Solo en las escenas de sacrificio los mortales, sacerdotes y víctimas aparecen al lado de seres sobrenaturales”. Más adelante, el autor concluye además que la “relativa unidad” que pueda hallarse en la iconografía moche debe estar basada “en la tradición ritual y mítica compartidas”.
 




Makowski se aparta de la lectura cristianizante que se ha venido dando de la compleja iconografía moche, afirmando una visión dual del mundo, en estados tanto de rivalidad como de complementariedad. Los artistas moche -nos recuerda- “juegan a menudo con el parentesco entre dos ámbitos opuestos, el mar y los cerros: v.g. caracoles de mar y de tierra, arañas de mar y de tierra; caza de lobos marinos v/s caza de venados”.

 








Fuentes Informáticas y Bibliográficas
http://arellanojuan.com/dioses-mochicas/

 Golte, Jurgen  “Los dioses de Sipan: las aventuras del Dios Quismique y su ayudante Murrup”
Moche, cosmología y sociedad: una interpretación iconográfica
J Golte - 2009 - IEP, Instituto de Estudios Peruanos